Joseph Orosco enseña filosofía y estudios étnicos en la Universidad Estatal de Oregon desde hace diez años. Se especializa en filosofía estadounidense y pensamiento latinoamericano, con un enfoque en cultura, historia e inmigración mexicana en los Estados Unidos. También es director del programa Peace Studies. Durante el primer semestre, Orosco dicta junto a otro docente un nuevo curso sobre el movimiento Occupy Wall Street. Recientemente tuvimos la oportunidad de hablar con Orosco sobre los motivos por los que incursionó en la filosofía, por qué ayuda a los estudiantes a encontrar su propio camino, y la importancia de apoyar a los estudiantes latinos dándoles sentido a sus propios relatos en los Estados Unidos.
¿A qué se dedica en la Oregon State University?
Enseño filosofía social y política con un énfasis en pensamiento norteamericano y latinoamericano. A veces también dicto clases en el departamento de estudios étnicos sobre la historia del movimiento de derechos civiles de los mexicano-estadounidenses y la problemática latina contemporánea.
¿De dónde es?
Crecí en Albuquerque, Nuevo México, pero nací en Quito, Ecuador, cuando mi madre era estudiante de intercambio allí.
¿Qué lo llevó a estudiar filosofía y a seguirla como carrera?
La filosofía siempre me atrajo como práctica o como forma de pensar. Recuerdo que comencé a leer sobre el tema en quinto grado, cuando un profesor me entregó una copia de un famoso libro de edición en rústica de los ’50 y ’60 llamado “The Story of Philosophy”, de Will Durant. Me interesaba muchísimo leer sobre toda esa gente que había dedicado su vida a formularse preguntas como “¿Qué es real en el mundo? ¿Cuál es la mejor manera de vivir en sociedad junto a otras personas?”. Era algo que me llamaba la atención.
La especialización en pensamiento latinoamericano se la debo a mi madre. Cuando era pequeño solía contarme sus experiencias en Latinoamérica y la situación política de allí. Siempre relataba una realidad política muy dinámica e interesante, la cual conoció mientras vivió allí. Eso despertó mi interés por el pensamiento latinoamericano. La filosofía me llevó a interesarme por otra manera de pensar las cosas y a evaluar por qué las cosas son como son. Luego me di cuenta de que las cosas no tienen que ser como son y que pueden cambiar si reflexionamos sobre ellas en profundidad.
Como profesor me siento todas las semanas a conversar con los estudiantes sobre cuestiones realmente interesantes y algunos incursionan en determinados temas por primera vez. Hablamos sobre cuestiones que afortunadamente son muy significativas para su concepción de la vida. Eso siempre me parece increíble.
Mi deseo es que todos los conocimientos de pensamiento crítico que los estudiantes adquieran en mis clases los ayuden a descubrir qué esperan de la vida y a encontrar su propio camino.
¿De qué manera la filosofía y el pensamiento latinoamericano los pueden ayudar a encontrar su propio camino?
En general, la filosofía y el pensamiento latinoamericano son útiles, no solo para los estudiantes latinos. Para los estudiantes que no son latinos, el pensamiento latinoamericano les puede mostrar diferentes maneras de pensar cómo funcionan el mundo y la sociedad, y cuál es su lugar en la sociedad global. Les permite conocer sociedades, como los pueblos indígenas, que han hecho las cosas de un modo totalmente distinto al de Europa occidental. Además, también les permite saber que pueden existir modelos de los que podemos aprender para organizarnos en el marco de sociedades pacíficas o democráticas.
Los estudiantes latinos también lo pueden aprender, pero enseñarles a algunos de ellos estas cuestiones por primera vez es una manera de volver a conectarlos con sus raíces. Tengo muchos estudiantes que me dicen que escuchan por primera vez temas vinculados a su cultura y a una parte de la historia que nunca conocieron. Esto sucede especialmente cuando dicto clases de estudios étnicos y el movimiento de derechos
civiles de los mexicano-estadounidenses. Desconocen una parte de la historia de estos movimientos del siglo XX, o no saben que hubo una guerra entre México y Estados Unidos en 1848, ni cómo influyó en nuestra realidad hoy en día. Descubren por qué hay mexicanos en los Estados Unidos, y también me dicen que lo que les parece realmente importante es que sus vidas se vean reflejadas en un entorno académico. De esta forma se dan cuenta de que sus familias y costumbres son valiosas e importantes.
¿Consideraría como una de sus misiones el hecho de conectar a los estudiantes con algo que nunca vieron en la escuela secundaria?
Creo que enseñar estudios étnicos es importante en una universidad pública como la OSU. Al ser una universidad establecida bajo el esquema “Land Grant” (“Tierras Concedidas”), la OSU tiene la misión de ser la universidad del pueblo, de estar presente para ayudar a los habitantes del estado de Oregon a comprender su propia historia y sus propios estilos de vida. Una de nuestras misiones más importantes es abordar los intereses de las personas de Oregon tal como son. Creo que los cursos de estudios étnicos intentan analizar los grupos de personas que existen en los Estados Unidos, en particular la gente de color, investigarlos y destacar el rol de las diferentes comunidades y grupos en la historia de los Estados Unidos.
Lo que me resulta sorprendente aquí en Oregon es descubrir lo diversa que es su historia. Esta no es la imagen de Oregon que normalmente se enseña. Se conocen muchas historias de los pioneros y la Ruta de Oregon, que en su mayoría son verdaderas. Pero en general las historias de los chinos e indígenas estadounidenses, o de los mexicanos, tal vez reciben un párrafo, un recuadro o una imagen en un libro de texto. Las personas con las que trabajo en el departamento de estudios étnicos muestran que hay mucho más en esas interacciones e historias y que Oregon creció como estado a partir de estas interacciones. Desentrañar esas historias para nuestros estudiantes es muy importante.
¿Cómo cree que cambiará esa demografía con el tiempo? ¿Cuál cree que será el futuro del estado?
Predecir el futuro es muy difícil, pero creo que la población latina aumentará y que eso sucederá en todos los Estados Unidos.
Creo que es importante no subestimar las historias que reflejan por qué los latinos están aquí y cómo se integran a los Estados Unidos. En Oregon no hay familias de larga data. En Nuevo México existen familias que han perdurado por 400 años. Eso les permitió construir un sentido de pertenencia al lugar donde viven. Creo que en Oregon hay algunas generaciones tradicionales, pero son pocas. Educar a los estudiantes para que adquieran un sentido de la historia y conozcan cómo su familia se integra a esta es muy importante.
¿De qué manera la OSU ayuda a lograrlo?
Creo que la OSU hace un buen trabajo al ofrecer diversos programas en el campus con el fin de garantizar la incorporación de estudiantes latinos y su permanencia en el campus. Uno de los mejores programas es el CAMP. El programa va en busca de estudiantes provenientes de familias inmigrantes y los trae al campus.
En muchos casos, estos alumnos son los primeros integrantes de la familia en asistir a la universidad. Esto sucede con muchos estudiantes con los que trabajo. Además del programa CAMP, la OSU ofrece diversas organizaciones estudiantiles. Por ejemplo, el Centro Latino. Creo que la OSU es consciente de eso e intenta ofrecer una gran cantidad de buenos programas para que las personas conozcan las oportunidades que tienen en el campus. Lo que la OSU hace realmente bien es ofrecer a los estudiantes un marco comunitario en diversos espacios del campus.
Lo que también será importante en los próximos años será el Centro para Estudiantes Latinos. Será un recurso importante en el campus para la investigación y la enseñanza de la experiencia latina en Oregon. Tengo la esperanza de que será algo bueno y que le permitirá a la OSU obtener nuevas ideas y nuevas formas de pensar cómo incorporar a más estudiantes latinos de Oregon a la educación superior, e incluso crear más programas nacionales como ese.
¿Qué intenta hacer y qué les transmite a los estudiantes en sus clases orientativas? A usted lo admiran como profesor latino. ¿Qué intenta ofrecerles en términos de orientación?
Lo que generalmente intento hacer es preguntarles qué desean hacer y a dónde quieren llegar con su formación y su carrera. En el caso de los estudiantes latinos, intento hacerles ver que es muy importante que piensen que su formación y sus carreras son una forma de ayudar a la comunidad latina. Las tasas de deserción en educación secundaria y universitaria son altas. De manera que si terminan y se gradúan, obtendrán conocimientos y capacidades que la mayoría de las personas de la comunidad latina no poseen.
Entonces, ¿de qué manera desean usar esos conocimientos? ¿En qué harán hincapié? ¿Cómo usarán ese potencial, sean cuales sean las opciones (derecho, medicina o políticas públicas)?
Muchas personas son conscientes de esa responsabilidad. Me dicen: “Mis padres admiran que termine mis estudios. Tengo familiares que están muy orgullosos de mí”.
¿Desea añadir algo que no hayamos abordado?
Creo que en los últimos cuatro o cinco años me di cuenta de que la idea de la comunidad es el tema central en todas mis clases (desde filosofía política hasta derechos humanos y filosofía del derecho en la experiencia mexicano-estadounidense con el sistema legal estadounidense).
El curso que dicto con mayor frecuencia es el de filosofía política. Intenta hacer hincapié en la idea de comunidad y lo que significa para nosotros. ¿Cuáles son los diferentes modelos y formas de pensar respecto a vivir con los demás de una manera pacífica y organizada? ¿Qué radica en la manera de creer y sentir empatía entre sí? ¿Quiénes somos? ¿A dónde deseamos ir? ¿De dónde venimos? Para los estudiantes latinos, esta es una pregunta muy vigente: “¿Cómo llegué aquí y qué hago con esto? ¿Hacia dónde voy?”
Me di cuenta de que mi enfoque académico se basa en la experiencia de los latinos en el marco de la educación superior y lo que ellos desean hacer con estos estudios.